apartamento en venta Altafulla, Tarragonès

Sobre esta propiedad

En Altafulla, un entorno privilegiado de tranquilidad y naturaleza, y con una ubicación ideal, cerca del mar, de la montaña y a quince minutos en coche de Tarragona, se encuentra este acogedor piso de 71 metros útiles (82 si añadimos las dos terrazas que ofrecen tremendas vistas, a las que se accede a través del salón y a través de la habitación de matrimonio) más los 23 metros cuadrados de solarium privativo en la parte de arriba (o sea, una terraza en la azotea perteneciente únicamente a la vivienda, a la que se accede a través del exterior). Lleno de luz y completamente exterior, este piso de tres habitaciones (dos dobles y una individual) es perfecto para quien busque comodidad y naturaleza en un entorno próximo al centro urbano de la provincia. Al entrar en el piso (después de subir un par de tramos de escaleras) te recibirá un blanco recibidor que da acceso al comedor, a una cocina independiente recientemente reformada en blanco, y al breve pasillo que distribuye las habitaciones. Todo el espacio está perfectamente aprovechado. El salón-comedor es una joya, en esta vivienda, con dos ventanales de madera de pueblo que dan acceso al balcón desde el que disfrutar del sonido de los pájaros y de la luz del sol sobre el verde de los pinos. El atardecer desde este punto de la casa, así como desde el solarium, deberían ser considerados maravillas de la humanidad cuando se anaranjan entre el mar de nubes. El salón dispone además de aire acondicionado con bomba de calor y, para los días de invierno en que nos apetezca sentir un poco el fuego del hogar, de una discreta chimenea en uno de los rincones (aunque sí, el piso, además, dispone de calefacción. No todo va a ser romanticismo, pero...) Fueguito, manta, y patatas asadas son una combinación perfecta cuando el frío aprieta en la calle. Todas las estancias de la vivienda se llenan de luz natural ya que el piso es completamente exterior. Y si apetece un poco menos de luz, en el balcón hay también un toldo. El piso se encuentra en una calle silenciosa y tranquila con aparcamiento facilísimo (aunque hay parking en el mismo edificio que quizá se podría alquilar) y desde el parque de delante del mismo se puede acceder, a través de un precioso camino de bosque por la desembocadura del río Gaià, a la playa de Tamarit. Tres habitaciones bien distribuidas, una de ellas con acceso a terraza, y dos de ellas con armarios empotrados. Todas, de nuevo, con luz directa del exterior, y dos de ellas con ventiladores en el techo, para refrescar las noches de verano. Aunque corra la brisita nocturna si abres las ventanas, en realidad. La vivienda, además, se encuentra en una finca de solamente siete vecinos, lo que garantiza un ambiente tranquilo y familiar, y aunque no tenga ascensor, el tramo de escaleras hasta llegar a casa es breve y está abierto al exterior, cosa que aumenta la familiaridad y la cercanía. Y llegamos a la joya de la corona: el SOLARIUM. Una terraza en la azotea privativa de la vivienda, de 23 metros cuadrados, con vistas a mar y a montaña. Ideal para barbacoas, mojitos o simplemente subir a tomar el sol y leerte un libro, ya que ofrece privacidad. Además, cuenta con una pequeña zona cubierta en la que colocar un rincón por si apetece más estar a cubierto. Un rinconcito del mundo para relajarse al sol, en soledad o con amigos, con unas vistas impresionantes a Tamarit, a Tarragona, con el mar de fondo entre tejados y la montaña al otro lado. Antes hemos hablado del ocaso desde el balcón. Esto es otro nivel. Si buscas un hogar que combine tranquilidad con comodidad, pero cercanía a todo lo necesario y a quince minutos de la ciudad, en una población como Altafulla, con todos los servicios, conectada a través de tren y autobuses a Tarragona o Barcelona, no pierdas la oportunidad y contáctame. Estaré encantada de darte la información que necesites y de abrirte las puertas para que lo visites. Altafulla es un pueblo encantador, con un centro urbano lleno de historia, mucha actividad social y un paseo marítimo inigualable, en el que los ocasos toman un color especial, mezclados con el blanco de las casas del paseo marítimo. Deberías verlo al menos, una vez en la vida.